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El Milagro de Empel

La batalla de Empel fue una batalla de la Segunda Guerra Mundial que tuvo lugar en 1944 en los Países Bajos. Fue librada entre las fuerzas alemanas y las fuerzas Aliadas, principalmente británicas y canadienses. La batalla tuvo lugar en la región de Empel, cerca de la ciudad de Breda, y fue parte de la campaña de liberación de los Países Bajos.

La batalla comenzó el 25 de septiembre de 1944, cuando las fuerzas Aliadas desembarcaron en la región de Empel con el objetivo de liberar Breda y cortar las líneas de suministro alemanas en la región. Los alemanes defendían la región con un gran número de fortificaciones y trincheras, lo que hizo que la batalla fuera larga y difícil.

La batalla continuó durante varios días, con enfrentamientos intensos y combates cuerpo a cuerpo. Los alemanes se resistieron con ferocidad, pero finalmente las fuerzas Aliadas lograron romper sus líneas y liberar la región.

En 1585 el Tercio Viejo de Zamora logró esquivar la derrota en el monte de Empel, un milagro por los que lo vivieron y responsable de que la Inmaculada Concepción sea la patrona de la Infantería española.

La batalla de Empel

La Batalla de Empel fue un enfrentamiento bélico que tuvo lugar durante la Segunda Guerra Mundial, el 12 de septiembre de 1944, en la localidad de Empel, en los Países Bajos. Fue librada entre las fuerzas alemanas y las fuerzas aliadas, principalmente británicas.

La Batalla de Empel fue parte de una operación más amplia conocida como la Operación Market Garden, un intento de los Aliados de invadir Alemania desde el norte de los Países Bajos. La operación Market Garden fue planificada para ser un ataque aéreo masivo, en el que los Aliados aterrizarían tropas aerotransportadas en varios puntos clave en los Países Bajos.

En Empel, las fuerzas alemanas estaban compuestas principalmente por unidades de infantería y unidades de la Luftwaffe (Fuerza Aérea Alemana). Mientras tanto, las fuerzas aliadas estaban compuestas principalmente por tropas aerotransportadas británicas del 1er Batallón, Paracaidistas del Regimiento Real.

 ¿Cuál fue el Milagro de Empel?

El 7 de diciembre de 1585 se produce el milagro de Empel, lo que permite a las tropas españolas ganar la batalla de Empel a las tropas neerlandesas. Esta batalla, enmarcada en la Guerra de los Ochenta Años, tuvo lugar entre los días 7 y 8 de diciembre de dicho año.

Según las crónicas, el 7 de diciembre de 1585, el Tercio del Maestre de Campo Francisco Arias de Bobadilla, compuesto por unos cinco mil hombres, combatía en la isla de Bommel, situada entre los ríos Mosa y Waal, bloqueada por completo por la escuadra del almirante Filips van Hohenlohe-Neuenstein. La situación era desesperada para los Tercios españoles, pues, además del estrechamiento del cerco, había que sumarle la escasez de víveres y ropas secas.

El jefe enemigo propuso entonces una rendición honrosa pero la respuesta española fue clara: «Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos». Ante tal respuesta, Hohenlohe-Neuenstein recurrió a un método harto utilizado en ese conflicto: abrir los diques de los ríos para inundar el campamento enemigo. Pronto no quedó más tierra firme que el montecillo de Empel, donde se refugiaron los soldados del Tercio.

En ese crítico momento un soldado del Tercio cavando una trinchera tropezó con un objeto de madera allí enterrado. Era una tabla flamenca con la imagen de la Virgen María.

Anunciado el hallazgo, colocaron la imagen en un improvisado altar y el Maestre Bobadilla, considerando el hecho como señal de la protección divina, instó a sus soldados a luchar encomendándose a la Virgen Inmaculada:

Este tesoro tan rico que descubrieron debajo de la tierra fue un divino nuncio del bien, que por intercesión de la Virgen María, esperaban en su bendito día.

Esa noche se desató un viento completamente inusual e intensamente frío que heló las aguas del río Mosa. Los españoles, marchando sobre el hielo, atacaron por sorpresa a la escuadra enemiga al amanecer del día 8 de diciembre y obtuvieron una victoria tan completa que el almirante Hohenlohe-Neuenstein llegó a decir: «Tal parece que Dios es español al obrar tan grande milagro».

Aquel mismo día, entre vítores y aclamaciones, la Inmaculada Concepción es proclamada patrona de los Tercios de Flandes e Italia.

Sin embargo, este patronazgo se consolidaría trescientos años más tarde, después de que la bula Ineffabilis Deus del 8 de diciembre de 1854 proclamase como dogma de fe católica la Concepción Inmaculada de la Virgen Santísima. El 12 de noviembre de 1892, a solicitud del Inspector del Arma de Infantería del Ejército de Tierra de España, por Real Orden de la Reina Regente doña María Cristina de Habsburgo, se:

Declara Patrona del Arma de Infantería a Nuestra Señora la Purísima e Inmaculada Concepción"

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